A veces nos encontramos en un hermoso equilibrio en nuestras vidas, donde se conjugan a la vez la estabilidad familiar, económica, emocional, de pareja, laboral y hasta académica y si de por si eso no fuese sumamente difícil, una explosión de energía se desata en alguna de las variables anteriores, a veces afectando directa o indirectamente otras, de una manera inconcebible, eficaz y sin previo aviso, amenazando aquella balanza ideal que poseíamos.
Y cuando surge esta explosión ¿Qué hacer? ¿Hacerle frente para evitar que se expanda pudiendo provocar el efecto contrario? ¿Dejar que se consuma todo a su paso y luego hacer un inventario de los daños? O ¿poner la situación en mano de “terceros” para que ellos decidan y actúen por nosotros?
¿Qué pasa cuando somos nosotros mismos que saboteamos nuestra estabilidad de manera inconsciente hastiados de lo mismo? ¿Qué pasa cuando es encausada por un tercero con o sin intención de dañar o tal vez con la intención de entrar de alguna manera a nuestras vidas? Y ¿Qué si esta energía es liberadora de emociones y viene a darle un nuevo enfoque a nuestras vidas? ¿Agarramos la explosión con las dos manos o corremos a toda velocidad en la otra dirección?
No hay comentarios:
Publicar un comentario